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5 DIAS REFERENCIA LOS 15 AÑOS DE RADIO LIBRE 1200 AM


Radio Libre es un caso único de éxito en materia de comunicación. Una radio nacida para rescatar la palabra que construye con responsabilidad, con una visión hacia el mundo, con programas innovadores y con una clara conciencia de la trascendencia que tiene un medio de comunicación en un país como el Paraguay.

Cuando le dijeron a Benjamín Fernández Bogado que su idea radial no sobreviviría tres meses, él les contestó: “La palabra creadora no tiene límites, inclusive en el Paraguay”. Su fundador y director ve que el tiempo transcurrido ha sido por demás fructífero, demostrando que una radio de calidad es sostenible en el país y que en términos económicos y financieros puede resultar un éxito.

–¿Qué le ha llevado a invertir en una radio?

–En 1997 veíamos que al dial paraguayo le hacía falta una radio como la nuestra. A la europea, al modelo de NPR de EEUU, de las emisoras clásicas incluso de Paraguay, donde me tocó trabajar cuando tenía 18 años, como era Radio Chaco Boreal, dirigida por un español llamado Gerardo Torcida, en los tiempos de buen decir de Gerardo Halley Mora.

Luego vino la democracia, que rebajó el verbo al nivel del insulto y la procacidad. Nosotros dijimos que otro tipo de radio era posible y así nacimos para darle fuerza, compromiso y responsabilidad a la palabra. No fue una inversión fácil ni barata, comprar una radio, montarla de cero y hacerla sostenible desafía a cualquiera.

–¿Es posible sostener calidad con viabilidad económica?

–Sí, y aunque cueste poco decirlo y mucho llevarlo adelante. En varios momentos sentimos que el esfuerzo para hacer algo diferente en el dial no era entendido por los auspiciantes. A veces pareciera en el Paraguay que la gente espera ver si eres capaz de aguantar, para luego confiar en ti. Esto es como un maratón y cualquier apasionado de la radio sabe que hay que saber aguantar, confiar y seguir adelante.

Varios auspiciantes creyeron en nosotros desde el inicio. A los demás los conquistamos en el camino o seguimos tozudamente interesados en que nos sostengan, con esta voz diferente en la radiofonía paraguaya. El dial 1200 tiene una larga tradición en el país, históricamente era la referencia de Cáritas hasta que mudó su frecuencia a la 680.

–Usted viene de la televisión y muchos se preguntan ¿por qué la dejó?

–Para ser un buen periodista se necesita un buen propietario de prensa. Tuve el gusto de haber encontrado uno en el período de mayor crecimiento de los informativos de televisión. Nuestro nivel de audiencia duplicaba a la competencia, nuestra facturación era enorme, nuestros formatos innovadores, la calidad de los periodistas enorme. Teníamos todo para ser exitosos y lo fuimos.

La experiencia entre 1994 y 1999 no pudo lamentablemente volver a repetirse y hoy vemos una notable decadencia que se refleja en los índices de credibilidad y en el tipo de noticias que se emiten. No puede ser posible que sólo el crimen, el morbo y la frivolidad sean importantes. Hay tantas cosas que contar en el país, que no es posible creer que sólo la miseria vende.

Debo decir que dejé la televisión cuando tendría que haberla dejado. Fui a Harvard un año, vi un mundo nuevo y fascinante, escribí libros, viajé por el mundo, enseñé en universidades extranjeras. Fui rector y ahora doy conferencias sobre el futuro que nos viene. La pregunta está bien formulada.

Dejé la televisión para evitar que esta que tenemos me forzara a salir por la puerta de atrás.

–¿Qué ha sido lo más difícil de hacer en Radio Libre?

“La radio es una hermosa chacra, no una estancia”, decía un comunicador argentino y tiene razón. Nadie ingresa a ella como propietario para hacerse rico, pero cómo disfruta uno haciendo comunicación con ella.

Paraguay es un país con un gran porcentaje de analfabetos, el principal diario del país vende menos de 25 mil ejemplares diarios para una población lectora de 3 millones. La televisión de Emergencias Médicas, del crimen callejero, del accidente rutero aburre y cansa, y creo que eso da oportunidades para que la radio crezca en credibilidad y cercanía.

Ha sido fascinante demostrar que se podía hacer una emisora sin agravios, malas palabras ni insultos. Hoy vemos 15 años después que eso es posible, que podemos hacer crecer a la audiencia en capacidad reflexiva y crítica, que finalmente es el objetivo de cualquier medio de comunicación.

–¿Radio Libre es un buen negocio?

–Ella es una gema que quiere que la gente, el país, la comunidad crezca y se desarrolle. Estamos absolutamente de acuerdo con esa expresión que dice “de la salud del cuerpo habla la lengua”. Nosotros hicimos una limpia y clara como ambicionamos sea el país.

–¿Alguna cuestión notable que apuntaría en estos 15 años?

–Hace un par de años, Santiago, mi hijo menor, retornó de Francia y quiso hacer un programa desestructurado. Lo escuché y le dije, esa no es la línea de la emisora, por lo tanto el programa será levantado.

Se enojó, fue al diario “Crónica” a denunciar lo que él consideraba un ataque a la libertad de expresión. Se publicó la nota y fue sorprendente el apoyo que recibió la línea de la emisora como consecuencia de este hecho. Conversamos luego con Santiago, un verdadero puntal de la radio que esperamos vuelva pronto con nosotros, y entendió construir algo juntos implica a veces incluso conflictos con los miembros de la familia.

Radio Libre también es eso, familia. La mía cercana con Lizza, Juan Pablo, Santiago y Jessica, que hicieron y hacen radio y, sumado a ellos todos los que han pasado por la emisora y la han enriquecido extraordinariamente: Javier, Andrés, Julio, Zuni, Cristina y varios otros nombres, que me sería muy difícil nombrarlos, han hecho de Radio Libre el lugar donde vive la palabra.

Por Redaccion central

Escritor, abogado, profesor y periodista

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